Y si en este viaje
no tengo a favor
el viento
tengo el tiempo
en mi equipaje
hasta que arribe
a tu puerto.
Con la marea
creciente
espumosa y encrespada
lleve en contra
la corriente
pero erguida
la mirada,
en aguas
sinfín batidas
por sargazos
enredadas,
mi rumbo
tiene su norte
el norte de
esa llamada,
y su voz
la luz del faro
del cabo
del fin del alma
y así mi barca
sin remos
con su vela
desplegada
boga en
vigilia perpetua
luna y sol
sobre la espalda
y el horizonte
encendido
enrojecido
y con salvas
despunta
todas las horas
hasta que arribe
a tu playa.
Que belleza de poema!
ResponderEliminarabrazos muchos!!!
Gracias Adriana por tu comentario y tu visita, es un gusto encontrarte por aquí. Un abrazo grandote.
ResponderEliminarAy que sea rapido ese arribo Maria jaja, exelente poema, precioso encantador...no podia ser de otra manera pues es un digno exponente de una reina de las letras como vos. un besito
ResponderEliminarJaaaaaaaaaaa, Monica, eres terrible...gracias linda. Un besazo.
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